Descripción
Durante la Pascua del año 30 d. J.C. las autoridades del Templo de Jerusalén detuvieron a Jesús de Nazaret con la intención de entregarlo al gobernador romano para que procediera a su crucifixión. Para conseguir su objetivo contaron con la ayuda de Judas de Keriot uno de los discípulos del propio Jesús. La acción de Judas ha provocado ríos de tinta a lo largo de casi dos milenios.