Descripción
De manera magistral Bulgakov dota la novela de un alto contenido simbólico y hace coincidir en el mismo primer capítulo los tres mundos que conforman la obra: el moscovita, los restaurantes para escritores y las tiendas para extranjeros; el satánico, con la aparición imprevista, en pleno Moscú, del diablo en el insólito papel de defensor y probador de la existencia de Dios.