Descripción
La beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824) nació en el seno de una humilde familia campesina. Desde pequeña tuvo visiones en las que se le aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su cruz. A los 28 años ingresó en el monasterio de las Agustinas de Agnetenberg. Allí padeció la incomprensión de las monjas a causa de su vida mística.