Descripción
Tenía su aureola el Barrio Chino barcelonés. Su aureola literaria. Su aureola de misterio. Su aureola miliunochesca. Su aureola de pintoresquismo. Si tenía su aureola. Pasando por alto la mugre y la corrupción que constituían las acusadas características del barrio la gente hablaba con encubierta simpatía de aquel pequeño mundo del vicio y de la delincuencia surgido al socaire de la guerra del 14 al amparo arquitectónico de las históricas Atarazanas.