Descripción
Invitado por el gobierno revolucionario de Guinea-Bissau, Paulo Freire viajó a ese país con su equipo del Instituto de Acción Cultural, para contribuir con su experiencia al programa de alfabetización de adultos, considerado como un gran desafío después de cuatro siglos de dominación portuguesa que dejaron como una muestra de su misión civilizadora al 90 % de la población analfabeta. Su disposición a colaborar la decidieron en su carácter de militantes y no como especialistas neutrales o miembros de una misión extranjera de asistencia técnica; el trabajo habrían de Ilevarlo a cabo empapándose primero de la realidad de Guinea-Bissau y en estrecho contacto con militantes guineanos comprometidos en el esfuerzo de reconstrucción de su país, en el que la larga guerra de liberación fue un hecho cultural y un factor de cultura, en palabras de Amílcar Cabral.