Descripción
Por regla general, una novela no requiere prólogo; pero, dada la presentación, en Televisión, de Hombre rico, hombre pobre, creo necesario advertir a los lectores que Mendigo y Ladrón que esta obra es continuación de la versión literaria de Hombre rico, hombre pobre, no de la televisada, y que todo parecido con el libro II de la serie de Televisión es simple coincidencia.