Descripción
Frente a la modernidad desengañada, aburrida y quejumbrosa, presta a glorificar el desencanto como una forma de sabiduría, Bertrand Russell intenta contagiarnos pequeñas dosis de una vacuna elaborada con una optimista hambre de mundo y que prentende empujarnos a mirar hacia fuera en lugar de concentrarnos únicamente en nuestros raquíticos ombligos.