Descripción
CONTINUACION DE LA OBRA DEL DAPHNE DU MAURIER REBECA.Los empleados de la funeraria parecían cuervos tiesos y negros. Negros eran también los coches alineados en el camino que conducía a la iglesia también nosotros íbamos de negro los que formábamos aquel grupo desmañado y patético que aguardaba a que levantaran a hombro el féretro y a que el sacerdote otro cuervo de negras vestiduras acabara de ajustarse los ornamentos de su ministerio. Y de pronto los verdaderos cuervos alzaron el vuelo desde los árboles y los campos y como si fueran trozos de papel ennegrecido desprendidos de una hoguera trazaron un remolino ascendente y aletearon en círculos graznando sobre nuestras cabezas. Dadas las circunstancias aquel sonido debería haberme parecido angustioso y melancólico pero muy al contrario me hinchó de júbilo el corazón lo mismo que el grito del búho la noche anterior y el lejano chillar de las gaviotas en la madrugada. Con un nudo en la garganta me dije: ¡Es real. Es ahora. Estamos aquí. En casa!