Descripción
Ignacio Vargas que ha perdido la vista en plena juventud es un poco como Segismundo el protagonista de La vida es sueño prisionero en su torre. Un día Ignacio Vargas cura de su ceguera y también como Segismunde se siente súbitamente dueño de su libertad. ¿Qué hace con ella? ¿Cómo la usa? Este hombre que ha vuelto desde donde nunca creyó posible volver se siente ilimitadamente seguro de sí mismo amo absoluto de su destino. Llevado por su idiosioncrasia mezcla de espíritu crítico soberbia y megalomanía se ve arrastrado a un triple conflicto de orden pasional moral y psicológico frente a dos mujeres y un hombre. Este conflicto lo lleva a una serie de problemas de difícil o de imposible solución y a una crisis interior que va agudizándose hasta culminar en un desenlace totalmente inesperado para el protagonista y el lector.