Descripción
En el palacio episcopal se había fraguado su destino a pesar de que el joven Enrique hijo segundo de Rascón y Cornejo estaba lejos de imaginarlo. Aunque fuese de familia noble en el siglo XIV no pasaba de ser un segundón sin título así que recibir de manos del arzobispo una misión secreta le abría las puertas del reconocimiento social.