Descripción
Era un sacerdote joven, apuesto y respetado, pero ninguna de estas cualidades había evitado que Frank Moore se alejara de sus obligaciones para meditar sobre su propia fe. Una pausa reflexiva que se verá interrumpida cuando la Iglesia vuelva a requerir de sus servicios: en la parroquia de San Estanislao, en Queens, y desde la muerte de una de sus más devotas feligresas, la Virgen vierte lágrimas de sangre.