Descripción
Para liberar al hombre contemporáneo del miedo de sí mismo, del mundo, de los otros hombres, de los poderes terrenos, de los sistemas opresivos, para liberarlo de todo síntoma de miedo servil ante esa fuerza predominante que el creyente llama Dios, es necesario desearle que lleve y cultive en su propio corazón el verdadero temor de Dios, que es el principio de la sabiduría.