Descripción
En 1949 el reportero Gabriel García Márquez cubrió el derribo del antiguo convento de Santa Clara. Durante el vaciado de las critpas funerarias, la sorpresa saltó al destapar la tercera hornacina del altar mayor: se desparramó una cabellera de color cobre, de veintidós metros y once centímetros de largo, perteneciente a una niña.