Descripción
A los ojos de Dios, haberse ido a hacer la guerra no es disculpa bastante. El 31 de marzo de 1940, Theodor Hacker anotó en su diario: Una catástrofe universal puede ser útil para algunas cosas. También para buscarse una coartada frente a Dios. ¿Dónde estabas, Adán? Estuve en la Guerra Mundial.