Descripción
En una época tan acelerada como la actual la lentitud es más valiosa que nunca. Desde que era niño, John Franklin soñaba con el mar, pese a que la lentitud con que llevaba a cabo cuanto se proponía no lo hacía la persona más adecuada para los rigores de una vida de marinero. Franklin percibía el tiempo de una forma singular, y su capacidad de recordar con la mayor precisión todo aquello que captaban sus sentidos lo convirtió en uno de los navegantes más interesantes de todos los tiempos. Tras alistarse en la Marina, se vio obligado a tomar parte en la guerra, aunque lo que de verdad anhelaba era surcar en paz los mares y descubrir el legendario Paso del Noroeste.