Descripción
Las mejores veladas para el rey Gracián transcurrían escuchando el canto de los pájaros. Pero el bosque quedaba lejos y el rey era ya muy anciano. Por eso se alegró tanto la mañana en que el buhonero de Anatolia entró en palacio. En su carromato, el mercader traía una erd de finísimos y resistentes hilos de plata…