Descripción
Después de tantos prefacios a los libros y a las traducciones de Wilde, en los que se declara que se le conoció personalmente, yo me he tenido que ocultar en el rincón de los epílogos, porque no soy lo bastante viejo para haberle tratado, ya que mis únicas canas son esas primeras canas que dejan las felpudas toallas rusas enzarzadas en los cañones de la barba al secarnos la cara.