Descripción
Se trata, no vamos a negarlo, de un ajuste de cuentas personal. No me inmuta que, en este caso, la presunta víctima no pueda defenderse, en primer lugar porque sí puede hacerlo a través de sus acólitos, valedores, discípulos y turiferarios supervivientes. Otra cosa es que la mayor parte de ellos no quieran hacerlo, pues día a día se empeñan en borrar de su pasado las huellas de su inquebrantable adhesión al finado y a los extintos principios fundamentales de su Movimiento.