Descripción
Han matado a un hombre han roto un paisaje.«En esta novela Candel nos sugiere desde el título el sentido elegíaco de esa impresionante obra poética de eses epitafio que va a relatarnos. El hombre morirá. Y el paisaje recibirá el hachazo de una herida sangrante. Hombre y paisaje serán los protagonistas del relato alternativamente capítulo a capítulo. Trágiacamente destinados ambos a la muerte a la marginación a la destrucción. A mitad de camino Candel nos sorprende con el canto enamorado a una barraca a la barraca como símbolo de esa etapa lacerante de la vida del hombre y del paisaje suburbano.En el conjunto de la obra candeliana es la novela que mejor retrata la amargura de una posguerra miserable. El contrapunto de la novela es tal vez ese cura que absuelve al protagonista en la hora del pan y del perdón. »