Descripción
De la misma manera que Dostoyevski hizo de su Idiota un verdadero símbolo de las inquietudes y desarraigos que atenazaban al siglo XIX, Azúa convierte al suyo en un héroe sin atributos, víctima y a la vez símbolo de la insensatez planetaria que se cierne sobre nuestro convulso y cambiante siglo.