Descripción
Aquel genio, invisible, burlón y travieso, con humillos de demiurgo, a quien los antiguos pusieron por nombre Hado y hoy lamamos más prosaicamente casualidad, y que del brazo del libre albedrio gobierna a medias las vidas de los hombres, hace que los actos más decisivos y trascendentales de la nuestra tengan su origen no pocas veces en una nonada, en un suceso parvo y fortuito.