Descripción
la protagonista es una mujer culta, educada e intensamente religiosa, y él un joven presidiario, ateo y ambicioso. La mayor diferencia, no obstante, reside en la gran complejidad formal que implica la introducción de un narrador en primera persona que a veces es testigo de los hechos narrados, a veces ejerce como mero transmisor de sucesos lejanos y, en otras ocasiones, se convierte en un alter ego del autor, que interviene directamente en la trama cuando lo considera oportuno.