Descripción
Falukner, solitario e implacable creador, fue, quizá a su pesar, el último representante del espíritu de la tragedia griega. Su mundo, turbio y paradójicamente lúcido, donde las pasiones se tensan hasta el fatalismo, se manifiesta en La paga de los soldados con brutalidad inmisericorde y con un sobrecogedor impulso lírico.