Descripción
Con objeto de fascinar a sus víctimas Satán y sus acólitos toman figuras a veces atractivas, a veces horribles y repugnantes. El arte y la literatura han representado al demonio tan pronto como un monstruo grotesco, tan pronto como un hombre de variada apariencia, tan pronto como una hermosa mujer que desvela sus encantos para perder a los varones.