Descripción
En 1034 Palermo es la capital del reino musulmán de Sicilia. Aunque se aproxima el fin del dominio árabe de la isla, el emir, atrincherado en sus palacios, agasaja a sus huéspedes con fiestas fabulosas. Sobre la capital cae una lluvia cálida e insistente que, lejos de liberarla de la peste, anuncia nuevas desgracias.