Descripción
El ser humano, aún sumido en el anonimato de la masa, tiene una noción muy precisa de su propia e íntima importancia. Todos nos sentimos importantes. Este hecho fundamental constituye la base de esta novela, en la que, el autor de Hay una juventud que aguarda y Donde la ciudad cambia su nombre, describe la vida del suburbio ciudadano a través de sus importantes, anecdotario vivo de la realidad cotidiana enervada por la concesión de un premio literario a uno de sus más destacados miembros, situando al lector frente a una serie de tipos humanos y circunstancias ambientales de innegable densidad dramática con la habilidad y gracejo suficientes para que aflore una sonrisa a sus labios.