Descripción
Al abrir los ojos aquella mañana, Mónica Vijande tuvo la sensación de que era muy temprano. Miró el despertador que había en la mesita de noche y comprobó que todavía faltaba media hora para que sonara, así que permaneció muy quieta, sin mover un solo músculo, intentando como todos los días desde hacía dos meses encontrar algún motivo para levantarse.