Descripción
Al promediar la década de los 80 es un hecho indiscutible que el nombre de Michael Jackson se ha consagrado como sinónimo absoluto de superestrellato actual. En una era en que las coordenadas Pop se rigen casi estrictamente por el completo poderío de las super industrias multinacionales, los megadólares y los discos multiplatinos; y en la cual el dominio masivo de los medios de comunicación se torna más y más evidente cada día un suceso de este tipo, aunque no exento de mérito, podría no sorprender.