Descripción
Prisioneros del confort en una sociedad llamada de consumo, agarrados a nuestros privilegios que, lejos de satisfacernos, nos incitan a protestar, insatisfechos y decepcionados por la acumulación de bienes materiales que no consiguen colmar nuestra alma frustrada, absorbidos hasta la náusea por nuestros pequeños problemas personales que nos impiden ver lo que sucede lejos de nosotros, porque eso no nos concierte, en nuestros paises llamados libres hemos perdido poco a poco el sentido de la fraternidad universal, ese slogan revolucionario nacido de una verdad evangélica, que seh a convertido en locura.