Descripción
Un encantador mantiene en un puño a la multitud. Así explica Thomas Mann el nacimiento del fascismo. La sugestión hipnótica ya se registraba en la Francia de fines del siglo XIX. El teatro de la mirada entre encantador y sonámbulo salía de los límites de las atmósferas medicalizadas de las grandes clínicas para invadir tanto los salones de la alta sociedad como las ferias.