Descripción
Todavía se acordaba mamá Paulina del día en que apareció el viejo Leiston por el muelle y, después de recorrerlo una y otra vez con manifiesta desazón, emitió una especie de mugido que más parecía provenir de un cuerno de caza y sequedó como a la expectativa frente al caserío, esperando quizá que toda la gente portuaria que por allí había acudiera de inmediato a aquel venatorio y desconsiderado llamamiento.