Descripción
Alejandro estaba sangrando con una mano de non allá se la mandó el can a hacer puñetas relámpago también quizá le faltaba alguna otra cosa que por pudor me callo y porque como salió envuelta con trozos de pantalón no lo puedo asegurar con valor de documento (). Y a cada arremetida ya sin oposición alguna que el pobrecito Alejo estaba fragmentado y desnudico lo que quedaba de él el perro se encalabrinaba más y lamía con locura los pingajos del traje. Alonso Zamora Vicente nos muestra una vez más sus cartas ganadoras como maestro del idioma y de la imaginación con estos relatos donde el mundo de los muertos y de los vivos se funde con ternura y humor en un esperpéntico túnel que conduce al más allá.